miércoles, 10 de abril de 2019

SABER DE MITOLOGÍA. EL JUICIO DE PARIS



Entre Hera, Atenea y Afrodita estaba el juego con el que Occidente debía iniciar un nuevo ciclo cultural, el ciclo troyano. Júpiter es quien maneja la orquestación y dictamina que sea Paris quien comience la partida eligiendo a una de las tres diosas. Paris es un príncipe troyano que desconoce su verdadero origen, pues aunque era hijo de Priamo y Hécuba, los reyes de Troya, siempre vivió como pastor en los bosques de Frigia, en la falda del monte Ida.

Escenificar las andanzas de los dioses, ya sea como pintor, músico, coreográfico o narrador, no consiste en saber de arte, sino en conocer los planos con los que el divino Creador ha dado forma al Universo. Por ello, no debemos sino trascender las historias mitológicas e indagar en su secreto.

"Saber de música no consiste, 
por tanto, sino en conocer 
la distribución ordenada
del conjunto del universo y cuál es
el plan divino por el que se asignó un
lugar a cada cosa; pues la ordenación
que, en un plan artístico, reúne en un
mismo conjunto las cosas singulares,
completa un concierto 
muy dulce y verdadero
que produce una música divina".
(Asclepio, 13) 


El Mito del Juicio de Paris

Durante el embarazo, la madre de Paris soñó con un hacha encendida que abrasaba y convertía en ceniza a toda Frigia. El padre, asustado por ese presagio, consultó el Oráculo. A su regreso le pide a su esposa que no lo tenga, que mate a la criatura. Pero al nacer el niño, y viendo la madre su hermosura, no tuvo valor para cumplir el plan y decide salvarle la vida entregándolo a unos pastores, que vivían en el monte Ida, para que lo criaran. 

Cuando a través de Hermes recibe el encargo de actuar de juez, Paris escoge a Afrodita o sea Venus, y esta agradecida le entregó solazarse con la más bella, y esa era Helena, la reina espartana esposa de Menelao. Paris entendió que no debía despreciar el regalo de una diosa, costara lo que costara. 

Para comenzar tuvo que abandonar Frigia y a la Ninfa Enone, hija del dios de los ríos con la que estaba casado, y lo más grave, tuvo que secuestrar a Helena organizándose a partir de ese hecho la famosa guerra de Troya que iniciaron los que estaban por vengar a Menelao, y en la que tantos héroes murieron, caso de Héctor o Aquiles, y tantos hogares quedaron destrozados.

Por supuesto ya sabemos por Homero que Atenea se puso del lado de Menelao y Hera de parte de las mujeres aqueas, aquellas que, como Penélope, habían quedado durante lustros, solas, sin sus maridos,  esperando que estos volvieran y no murieran en la contienda. También sabemos que todas ellas renegaron de Helena y de Paris, llamándolos adúlteros, y haciéndolos culpables de su triste destino.

-Cita de Asklepio tomada de Federico González Frías. Simbolismo y Arte. Primera edición SYMBOLOS.

-Imagen: El Juicio de Paris es un cuadro anónimo, de alrededor de 1480. Museo de Arte Fogg. Universidad de Harvard.




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