sábado, 30 de noviembre de 2019

LA DANZA, ARTE LIBERAL


"El Arte de danzar y dirigir conjuntos", es el único tratado que sobre la danza existe. Su autor es Guglielmo Ebreo, un judio que vivió en la Corte de Isabel d'Este, en Mantua pues formaba parte de su grupo de actores y artistas. En dicha obra, Guglielmo cita a su maestro, el pitagórico Domenico de Piacenza por lo que es a ambos a quienes se les les considera responsables de haber elevado la danza a la categoría de Arte liberal.

Ambos son, además, los inventores del oficio de coreógrafo y creadores del ballet, pues aunque es opinión generalizada que dicha danza es francesa, en realidad es en Francia donde el ballet (de balletto) murió, y en su lugar emergió el edulcorado ballet actual, que se contradice totalmente con los principios de la danza enunciados por sus creadores, para quienes lo más importante era la natural armonía, y nunca la postura forzada y la contorsión corporal, que no pueden formar parte de la esencia de la danza, que, según sus creadores, debe ser la expresión misma de la armonía cósmica, idea emanada de la filosofía platónica que había tomado auge entre los neoplatónicos, es decir del círculo intelectual de Ficino y la Academia de Florencia.

La obra de Guglielmo Ebreo, escrita hacia 1463, se tituló exactamente: De pratica seu arte tripudii vulgare opusculum, y en ella se explica, por ejemplo, que el Balletto in due o Ballo Amoroso, simboliza la armonía y la concordia, por lo que todos los movimientos y gestos deben ser mesurados, señalando que: "La virtud del danzante nace cuando complementa los movimientos del cuerpo con los movimientos del espíritu, pues efectivamente así me lo parece, sea cual fuere la danza". Mª Ángeles Díaz 
Viaje Mágico Hermético a Andros. Una Aventura Intelectual 





VIDEO PRESENTACIÓN DEL LIBRO EN LA BIBLIOTECA PÚBLICA ARÚS DE BARCELONA CON FRANCISCO ARIZA Y LA AUTORA
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Edición al cuidado de 
Federico González Frías y José Manuel Río 
SYMBOLOS

 "Viaje Mágico-Hermético a Andros" Una Aventura Intelectual
Vídeo presentación del libro en la Biblioteca Pública Arús de Barcelona



viernes, 22 de noviembre de 2019

ACERCA DE LA IMAGEN QUE DE LOS DIOSES NOS HACEMOS LOS HUMANOS



La imagen que de los dioses y númenes nos hemos forjado los humanos  a lo largo de la Historia ha sido muy variada, desde la forma antropomórfica (caso de los griegos y romanos, entre otros) hasta los que los representaron con rasgos de animales (los egipcios, caldeos, precolombinos, etc.). 

Asimismo, tenemos a los que los figuraban bajo un símbolo numérico y geométrico, o como un elemento determinado de la Naturaleza terrestre y cósmica que estuviera en correspondencia con la idea-fuerza que conformaba la esencia misma del dios, siendo este el caso del Sol y la Luna, así como el resto de luminarias que pueblan la bóveda celeste. 

Según algunas fuentes tradicionales, el Sol (Apolo) recibe su nombre de «Sólo él», porque cuando está en el firmamento sólo él reina. En cuanto a la Luna, su paredro, fue llamada Diana entre los romanos, porque «hace de la noche día». 

Respecto al nombre de la diosa  Hera, dice Platón, que es una forma disimulada de aire y en cuanto a Apolo, añade el filósofo en el Crátilo:

"No hay ningún nombre que, por sí solo, hubiera podido ajustarse mejor a las cuatro atribuciones que son las propias del dios; su nombre alcanza a todas y, por así decirlo, las hace ver: música, adivinación, medicina y ciencia del arco, sincero y llano, que siempre da en el blanco, purificador, autor del movimiento simultáneo" Mª Ángeles Díaz

martes, 19 de noviembre de 2019

BESSARIÓN, PLATÓNICO BIZANTINO Y MIEMBRO DESTACADO DE LA IGLESIA SECRETA



Bessarion asumió la tarea de salvaguardar todos los libros de valía escritos por los antiguos. Es decir, aquellas obras de carácter científico, libros de historia, poesía, matemáticas, astronomía, medicina, leyendas… y todo aquello que representa el saber humano. Y con esa finalidad embarcose en una tarea personal de resultados admirables, pues consiguió recuperar libros y conocimientos que hoy en día estarían irremisiblemente perdidos. Bessarion, que era un gran diplomático y tenía por ello excelentes contactos, logró establecer una red de personas, entre feligreses, amigos e inclusive personas contratadas, para que le ayudaran a salvar códices y manuscritos, comprar, con su propia asignación, todos los textos griegos que pudo localizar rescatándolos de ese modo de las bibliotecas de Constantinopla que estaban siendo saqueadas e incendiadas por los bárbaros. Soldados turcos que no robaban los valiosos textos para llevarlos como botín a sus bibliotecas, sino que los odiaban, aunque no sabían leerlos, o tal vez por eso, y por ello sólo buscaban destruirlos. 

Con su gesta logró Bessarion preservar de las llamas ignominiosas de la ignorancia, muchísima de aquella luz vertida en sus obras por los más sabios, para que esta llama no dejase nunca de fluir y de inundar las mentes de las generaciones. Con dicha finalidad, e investido de la fuerza de un Atlas sosteniendo una cultura, realizó gestiones en Alemania, Venecia y Francia donde obtuvo las ayudas que necesitaba para salvar todo lo que pudo del patrimonio cultural. Así fue como consiguió esa enorme biblioteca particular que pasó a ser la más rica de Occidente en manuscritos griegos a la cual siempre pudieran tener acceso los estudiosos, con los que a menudo solía compartir comentarios e impresiones acerca de esas lecturas. Sus más de 800 códices griegos y bizantinos suponían un legado de incalculable valor que Bessarion protegió como si se tratara de la única semilla donde se conservaba una tradición cultural y una memoria ancestral. Y así fue como mientras algunas bibliotecas desaparecían ultrajadas por los soldados otomanos, Bessarion consiguió recuperar innumerables textos y difundir copias de aquellos libros que tanto amaba, pues en sus propias palabras:

Ellos están llenos de las voces de los sabios, llenos de los ejemplos de la Antigüedad... ellos viven, conversan, nos hablan, nos instruyen y nos consuelan.

Seguimos en 1463, año en el que, como hemos dicho, es nombrado patriarca de Constantinopla. Durante ese periodo su actividad se redobla haciendo esfuerzos para continuar ayudando a la recuperación de la ciudad que estaba ya en poder del imperio otomano. Depositar todos aquellos libros que había reunido en un lugar seguro y al alcance de los interesados, se convirtió en una cuestión de honor. Todo ello conduce a Bessarion a pensar que Venecia es el lugar idóneo para salvaguardar aquel tesoro, por lo que hace donación de todos sus volúmenes a dicha república.

Venecia es una ciudad que conoce bien por haber ejercido allí como embajador de la Santa Sede. Sabe pues que es un lugar fuerte y protegido, razón por la cual a la ciudad están llegando las comunidades más importantes de griegos en la diáspora, los que de ese modo podrían tener a su alcance esta biblioteca que les mantuviera unidos a lo esencial de su cultura mientras están a la espera de la reconquista de Constantinopla. No es de extrañar que todo ese ambiente contribuyera a que la Venecia de entonces fuera considerada otra Bizancio, con una notable colonia griega, lo cual a los ojos del mundo Occidental se veía como un bastión de férrea resistencia a los turcos.

Cuando Bessarion gestionó la donación de su biblioteca, hecho registrado el 31 de mayo de 1468, consiguió de las autoridades un compromiso: el legado debía ser la base para una gran biblioteca que permaneciese accesible a la consulta de los estudiosos. Finalmente el pacto se alcanzó y Bessarion mandó su colección a la República veneciana. Hoy en día estos libros se encuentran en la Biblioteca Marciana de Venecia, o Biblioteca de San Marcos, conformando parte de una de las colecciones de textos clásicos más grandes del mundo. Mª Ángeles Díaz. 



[1] Hacer de Venecia un centro cultural filosófico fue una idea que con anterioridad a Bessarion también tuvo Petrarca, quien en 1362 también había donado su biblioteca a dicha ciudad; incluido todo el mobiliario. En ese momento la colección de Petrarca también contribuyó a que se crease en Venecia una de las más importantes bibliotecas de Europa, conformada por grandes colecciones.


lunes, 11 de noviembre de 2019

PRESENTACIÓN DEL PROGRAMA AGARTHA EN BARCELONA Intervienen: Federico González, Francisco Ariza, José Manuel Río, Mª Ángeles Díaz


Grabación de la presentación del Programa Agartha dentro del número 25-26 de la revista SYMBOLOS. El acto tuvo lugar en la Biblioteca Pública Arús de Barcelona a cargo de Federico González y varios de los que colaboraron con él en dicha publicación. Orden de intervención:

Mª Ángeles Díaz
Francisco Ariza
Federico González
José Manuel Río