sábado, 9 de mayo de 2020

ARTE ETRUSCO Y ORIGEN DE LA ARQUEOLOGÍA


Otra magnífica obra del Arte Etrusco, la civilización que tanto fascinó a los hermetistas del Renacimiento, siendo ellos los primeros en rescatar las piezas que hoy podemos admirar en distintos museos, comenzando por el Arqueológico de Florencia, donde se encuentra la colección completa de Cosme de Medici. De hecho, fueron estos inspirados intelectuales y poetas del entorno de la Academia Platónica de Marsilio Ficino quienes iniciaron la 
Arqueología como ciencia al prestar atención a lo que hasta ese momento se tenía como viejas ruinas que se expoliaban, sin ningún miramiento, como material para nuevas construcciones.  

Algunos documentos y cartas contenidas en el magnífico archivo de Isabel d’Este, cuentan cómo estos hermetistas tenían que ingeniárselas para rescatar estas "ruinas", especialmente las estatuas de los templos, pues enseguida eran acusados de paganismo y muchas veces tenían que ver piezas magníficamente talladas que eran utilizadas como recipientes para dar de comer a los animales o cosas por el estilo. Entre estos primeros arqueólogos también se encontraban los pintores y dibujantes que recogieron en sus lienzos monumentos o restos de los que solo de ese modo tenemos constancia.

Estos arqueólogos buscaban los restos de antiguos templos siguiendo los datos ofrecidos por los textos clásicos, Homero, Hesíodo, Herodoto, y de ese modo crearon también los primeros mapas. Hablamos de Bartolommeo dalli Sonetti o de Cristóforo Buondelmonte, buscadores también de manuscritos, ya que estos hombres no tenían de la Arqueología una idea de indagar en lo viejo y caduco, sino en aquello que es perenne, arquetípico y universal.

Volviendo a Etruria decir que gracias a estos amigos renacentistas tuvimos conocimiento de que se trató de una civilización que convivió con la romana y que habitó sobre todo la región de la Toscana y la Umbría (siglo IX a.C.). Aunque de esta cultura casi no se sabe nada pues unos cuentan que eran autóctonos de esas tierras y otros en cambio creen que llegaron de Oriente. Dionisio de Halicarnaso, por ejemplo, asegura que esta civilización no se pareció a ninguna otra, ni en la lengua, ni en la forma de vivir.

Hesíodo y Herodoto también se refieren a ellos y los llama los tyrrhenoi (del mar Tirreno, que baña la costa de la Toscana), nombre con el que denominaban los griegos a este pueblo misterioso, que fue asimismo una potencia marítima, una talasocracia, hasta el punto que se consideraban hijos de reyes y patriarcas legendarios, y descendientes directos de Ulises y Circe, la maga conocedora de los secretos de las plantas, esto es, de la ciencia de los venenos y remedios. Efectivamente, tal como lo relata Esquilo, los etruscos elaboraban medicinas y practicaban lo que se denominó la “etrusca disciplina”, es decir, la aruspicina o ciencia de la adivinación. Un arte que era prerrogativa de la casta sacerdotal, arte al que nos referimos en anteriores post cuando hablamos de la conocida pieza denominada “Hígado de Piacenza”, con la que los etruscos adivinaban el porvenir, y curaban ciertas enfermedades. Ma. Ángeles Díaz


La Civilización Etrusca y el Hígado de Piacenza, en este blog



martes, 5 de mayo de 2020

A PROPÓSITO DE LAS INICIACIONES FEMENINAS


Los T'boli son un pueblo asiático cuyas mujeres son músicos por tradición. Ellas educan su voz para cantar las leyendas de su pueblo y narrar su cosmogonía.

De ese modo las muchachas que son llamadas a la música reciben lecciones de una mujer sabia que las instruye en el sonido, cosa que realizan en las montañas. Allí la maestra enseña a la joven a oír el viento, el agua y el sonido ambiental que desde ese lugar emite su territorio.

Es en las altas cumbres donde la sabia mujer enseña a la muchacha a liberar su voz y poder así cantar las canciones tradicionales.

Una de esas canciones relata que en una ocasión el pueblo T'boli iba a ser atacado por un gigante monstruoso. Este, antes de llegar, oyó el canto de las mujeres. Tanto placer sintió que se detuvo para oír la melodía quedando dormido. De este modo los hombres pudieron atraparle y evitar el ataque.

Cuentan que cuando la muchacha está preparada para el canto ritual, las mujeres engalanadas con sus adornos simbólicos y sus mejores vestidos bordados con hilos de múltiples colores e incrustaciones de nácar, se reúnen para oír cantar a la joven. 
Ma Angeles Díaz




lunes, 4 de mayo de 2020

COSMOVISIÓN PRECOLOMBINA

Mediante la estructura recreada en este símbolo textil de 365 cuadrados, los pueblos precolombinos ordenaron su calendario anual, un territorio, como el Perú, y construyeron las pirámides. Ese es el secreto del diseño tradicional, que lleva implícito un código mágico. Federico González, quien nos invitó a participar en este tipo de investigaciones, nos dice respecto a esta figura:

"Podrá advertirse que el número perimétrico de esta figura es de 52 cuadrículas, 13 por lado; además se compone de 7 cruces, y 7 cuadrículas diagonales: estos son números importantes también para el computo mesoamericano. Pero lo curioso de esta figura es que el total de las cuadrículas que la conforman es de 364, más el central, lo que nos da 365, la duración exacta del año solar. También podría verse como la suma de 360 cuadrículas más las 5 de la cruz de en medio". (Los Símbolos Precolombinos. Cosmovisión de las Culturas Arcaicas). Ma Angeles Díaz